Una herencia yacente se refiere a la situación en la que el fallecimiento de una persona deja su patrimonio en un estado de «yacencia», es decir, sin que exista un heredero conocido o designado. Esto puede suceder por diversas razones, como la falta de testamento o la inexistencia de parientes cercanos. En estos casos, la herencia queda en un limbo legal y es necesario seguir ciertos procedimientos para reclamarla. La cuestión es: ¿cómo se reclama una herencia yacente? Este proceso puede resultar complejo y requiere de asesoramiento legal especializado. Te lo explicamos a continuación.
¿Qué es la herencia yacente?
La herencia yacente es una figura jurídica que se presenta cuando una persona fallece y deja bienes, derechos y obligaciones, pero aún no hay un heredero determinado o los herederos no han aceptado o renunciado a la herencia expresamente. En esta fase, la herencia se considera como una especie de «patrimonio en suspenso», donde aún no hay una persona física o jurídica que ejerza derechos sobre ella.
Hay que tener en cuenta que la herencia yacente asegura que el patrimonio del fallecido se conserve y administre adecuadamente hasta que los herederos legítimos tomen una decisión. Por lo tanto, esta figura es importante, ya que protege los intereses de los posibles herederos y de los acreedores del fallecido, manteniendo la integridad del patrimonio hasta que la situación sucesoria se resuelva de manera definitiva.
¿Cómo reclamar una herencia yacente?
Para reclamar una herencia yacente, es necesario seguir un procedimiento legal que inicia con la identificación y localización de los posibles herederos. Estos pueden ser determinados por testamento o, en su defecto, conforme a la ley. Una vez identificados, deben manifestar su intención de aceptar o renunciar a la herencia. Si deciden aceptarla, deben realizar un inventario y avalúo de los bienes, para luego proceder a la partición y adjudicación.
En caso de que los herederos no se presenten o no acepten la herencia, cualquier interesado (como un acreedor) puede solicitar al juez la declaración de herencia yacente y el nombramiento de un administrador. Este proceso garantiza que los bienes del fallecido se gestionen adecuadamente hasta que se determine su destino final.
Duración y límites de la herencia yacente
La duración de la herencia yacente no está predeterminada y puede variar según el caso. Comienza desde el momento del fallecimiento del causante y se extiende hasta que se acepta la herencia, ya sea pura y simplemente o a beneficio de inventario, o hasta que se renuncia a ella. Durante este periodo, la herencia se mantiene en un estado de gestión temporal.
Los límites de la herencia yacente se establecen en función de la protección del patrimonio del fallecido. Esto implica que no se pueden realizar actos de disposición sobre los bienes, como venderlos o donarlos, sino solo actos de conservación y administración. La finalidad es mantener la integridad del patrimonio hasta que los herederos legítimos se hagan cargo o se resuelva su situación legal.
¿Qué ocurre si nadie acepta la herencia?
Si nadie acepta la herencia, esta permanece yacente. Durante este tiempo, un administrador puede ser nombrado para gestionar los bienes. Si la situación persiste, el patrimonio puede ser declarado como «herencia vacante». En muchos sistemas jurídicos, si tras un periodo determinado nadie reclama la herencia, esta pasa a ser propiedad del Estado o de alguna entidad pública designada por la ley.
Sin embargo, este proceso no es automático y requiere de una declaración judicial. Durante el periodo de yacencia, los acreedores del fallecido pueden actuar contra la herencia para reclamar sus deudas, lo que puede llevar a la venta de bienes para satisfacer estas obligaciones.
Administración de la herencia yacente
La administración de la herencia yacente es una tarea crucial para conservar y gestionar el patrimonio del fallecido hasta que se determine su destino final. Esta administración puede ser llevada a cabo por un administrador designado por los interesados o, en su defecto, por uno nombrado judicialmente.
El administrador tiene la responsabilidad de proteger los bienes, realizar un inventario y balance, pagar deudas y, en general, asegurar que la herencia no sufra deterioro o pérdida de valor. Es importante que el administrador actúe con transparencia y diligencia, ya que su gestión debe ser informada y puede ser sometida a revisión por los herederos o por el juez.
¿Debe una herencia yacente pagar impuestos?
Cabe destacar que la herencia yacente, como cualquier otro patrimonio, está sujeta a obligaciones fiscales. Desde el momento del fallecimiento, se generan impuestos relacionados con la sucesión, como el Impuesto de Sucesiones, que deben ser atendidos. Aunque la herencia esté en estado yacente y no se haya adjudicado a un heredero específico, las obligaciones tributarias correspondientes no se suspenden. El administrador de la herencia yacente es responsable de presentar las declaraciones fiscales y efectuar el pago de los impuestos correspondientes.
No hay que olvidar que estas obligaciones fiscales son importantes, y su incumplimiento puede acarrear sanciones y afectar el valor del patrimonio hereditario.
–
En Vittalias somos especialistas en hipoteca inversa y rentas vitalicias. Nuestro equipo de economistas y asesores sociales te ayudarán a resolver todas sus dudas para saber qué servicio es el más conveniente según tus necesidades.