El aumento progresivo de la longevidad y la calidad de vida, el concepto de jubilación evoluciona. Es aquí donde encontrar figuras como la jubilación activa, una opción que permite combinar el trabajo y el disfrute de una pensión. Pero, ¿en qué consiste la jubilación activa en España?
¿Qué es la jubilación activa?
La jubilación activa es una modalidad que permite a los pensionistas seguir trabajando y recibir al mismo tiempo una parte de su pensión. Esta opción es especialmente atractiva para aquellos que, llegados a la edad de jubilación, desean mantenerse activos en el mercado laboral, bien por necesidad económica o simplemente por deseo de continuar con una actividad profesional.
Por lo tanto, la jubilación activa ofrece flexibilidad para combinar trabajo y pensión de una manera que beneficia tanto al individuo como a la sociedad. Esta opción no solo contribuye a la economía personal, sino que también ayuda a aliviar el peso sobre el sistema de pensiones.
Requisitos: ¿quién tiene derecho a la jubilación activa?
Para acceder a la jubilación activa en España, los interesados deben cumplir ciertos requisitos. Para empezar, es fundamental haber alcanzado la edad legal de jubilación y haber cotizado el mínimo de los requeridos por la Seguridad Social para garantizar su pensión completa.
En números concretos, para 2024 es necesario tener 38 o más años cotizados si te quieres jubilar a los 65. Si tienes menos años cotizados, debes esperar hasta cumplir 66 años y seis meses de edad.
Por otra parte, es importante saber que, aunque se continúe trabajando, no se debe superar un límite de ingresos establecido, que, de ser excedido, podría afectar la cantidad de la pensión recibida.
Cuantía y cotización durante la jubilación activa
Uno de los aspectos más importantes de la jubilación activa es cómo se determina la cuantía de la pensión y qué implicaciones tiene seguir cotizando al sistema de la Seguridad Social. Durante la jubilación activa, los beneficiarios pueden seguir recibiendo el 50% de su pensión mientras trabajan. Sin embargo, esta cifra puede variar según la legislación vigente y las condiciones específicas de cada caso.
En cuanto a la cotización, los jubilados activos deben seguir contribuyendo a la Seguridad Social, aunque con un enfoque distinto. Estas cotizaciones no tienen por objeto aumentar la cuantía de la pensión futura, sino más bien contribuir a las prestaciones por contingencias comunes. Esto significa que aunque los jubilados activos cotizan, no incrementan su base de cotización para la pensión, pero sí mantienen su cobertura de salud y contribuyen al sostenimiento del sistema.
Este sistema busca equilibrar los beneficios para el jubilado y para la sociedad, permitiendo que los mayores sigan participando en el mercado laboral sin sacrificar su seguridad económica ni la sostenibilidad de las pensiones públicas.
¿Cómo pasar de jubilación activa a jubilación total?
La transición de la jubilación activa a la jubilación total es un paso significativo que requiere una planificación cuidadosa. Este proceso permite a los jubilados dejar de trabajar por completo y empezar a recibir el 100% de su pensión. En este punto, hay que entender que esta transición debe hacerse siguiendo ciertos pasos administrativos y cumpliendo con los requisitos de la Seguridad Social.
Inicialmente, el jubilado debe notificar a la Seguridad Social su decisión de pasar a la jubilación total. Este aviso deberá incluir la fecha exacta de cese de la actividad laboral. A partir de ese momento, se realizará un nuevo cálculo de la pensión, asegurando que el beneficiario reciba la totalidad de la cuantía que le corresponde según sus años de cotización y la base reguladora establecida.
Es recomendable consultar con un asesor laboral o un experto en seguridad social para entender completamente las implicaciones de este cambio, incluyendo cómo puede afectar los ingresos y la fiscalidad del jubilado. Este paso es fundamental para garantizar una transición suave y evitar sorpresas desagradables en cuanto a beneficios y obligaciones fiscales.
Autónomos y jubilación activa
La jubilación activa para los trabajadores autónomos presenta algunas particularidades. Aunque los principios básicos son similares a los de los empleados por cuenta ajena, los autónomos enfrentan desafíos y oportunidades únicas en este esquema.
Para los autónomos, el acceso a la jubilación activa también requiere haber alcanzado la edad de jubilación que permite la percepción del 100% de la pensión. No obstante, una de las principales diferencias es la flexibilidad en la gestión de su actividad laboral y, por ende, de sus ingresos. Los autónomos pueden continuar con su actividad empresarial, reduciendo o ajustando su carga de trabajo según sus necesidades personales y financieras.
Aquí hay que destacar la importancia de que los autónomos planifiquen cuidadosamente su estrategia de jubilación, considerando factores como la fluctuación de ingresos y la necesidad de seguir cotizando a la Seguridad Social. Este grupo debe seguir haciendo contribuciones sociales, que, aunque no aumentan la cuantía de su pensión futura, sí aseguran el mantenimiento de otras coberturas como la asistencia sanitaria.
¿Cómo se tramita la jubilación activa?
El primer paso es presentar una solicitud ante la Seguridad Social. Esta solicitud debe incluir toda la documentación necesaria que demuestre el cumplimiento de los criterios de edad y cotización, así como la información sobre la actividad laboral que se pretende mantener.
Es recomendable iniciar este trámite con antelación a la fecha en la que se desea empezar la jubilación activa, para dejar suficiente tiempo para la resolución de posibles complicaciones o requerimientos adicionales de documentación. La Seguridad Social evaluará la solicitud y, si todo está en orden, emitirá una resolución en la que se detallarán los derechos del solicitante, la cuantía de la pensión a percibir y las condiciones bajo las cuales se permite continuar trabajando.
Además de la solicitud inicial, es importante mantener una comunicación regular con la Seguridad Social para informar sobre cualquier cambio en la situación laboral o personal que pueda afectar la pensión. También es aconsejable consultar regularmente las actualizaciones legislativas, ya que las regulaciones en torno a la jubilación activa pueden cambiar y afectar los requisitos o beneficios.
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